
El presidente Donald Trump informó este sábado que Estados Unidos atacó tres instalaciones nucleares en Irán, algo que las autoridades iraníes confirmaron.
Domingo, 23 de junio de 2025.
«Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra tres instalaciones nucleares en Irán, entre ellas Fordo, Natanz y Isfahán. Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní», escribió en su red social Truth Social.
En una declaración televisada posterior, el presidente estadounidense añadió: «Nuestro objetivo era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán y un alto a la amenaza nuclear planteada por el Estado patrocinador del terror número uno del mundo».
Y describió los ataques como un «éxito militar espectacular» que produjo la destrucción «completa y total» de las tres instalaciones nucleares.
«Los acontecimientos de esta mañana son indignantes y tendrán consecuencias duraderas», escribió.
Y agregó: «Irán se reserva todas las opciones para defender su soberanía, sus intereses y su pueblo».
Los ataques estadounidenses en suelo iraní se dieron en coordinación con Israel, confirmaron Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
«Trabajamos como equipo, como quizás ningún otro equipo ha trabajado antes», expresó Trump.
Netanyahu reaccionó al ataque felicitando al mandatario estadounidense y agregó: «El presidente Trump y yo solemos decir: ‘La paz a través de la fuerza’. Primero viene la fuerza, luego la paz».
«La historia recordará que el presidente Trump actuó para negarle al régimen más peligroso del mundo las armas más peligrosas del mundo», concluyó.
EE.UU. usó los bombarderos B-2 en los ataques, confirmó el secretario de Defensa del país, Peter Hegseth, en una posterior conferencia de prensa.
Estos aviones fueron empleados para accionar el penetrador de municiones masivo (MOP) GBU-57A/B, la mayor bomba no nuclear «rompe búnkeres» del mundo.
Se trata de un arma de 13.600 kg de peso que solo posee EE.UU. y que solo pueden llevar los mencionados B-2, aviones de más de 50 metros de envergadura.
Israel le había pedido a Washington que interviniera, porque solo esta arma tiene la capacidad de penetrar el complejo subterráneo de Fordo, situado en las profundidades de una montaña.
Los detalles del ataque
Hegseth sostuvo en una conferencia de prensa la mañana del domingo (hora de EE.UU.) que los aviones estadounidenses entraron al espacio aéreo iraní «sin que el mundo lo supiera».
No hubo un intento de Irán por interceptar las naves.
«El ataque incluyó la misión más larga de un bombardero B-2 desde 2001 y el primer empleo operativo del MOP», añadió.
Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército de EE.UU., indicó a la prensa que la «misión fue altamente clasificada y muy pocas personas en Washington conocían la naturaleza del plan».
El militar explicó que un misil Tomahawk fue el último en impactar en Isfahán para asegurar que EE.UU. mantuviera el «elemento sorpresa».
«Parece que los sistemas de misiles tierra-aire de Irán no nos detectaron», sostuvo, y añadió que, durante la misión, sus fuerzas no tuvieron conocimiento de ningún disparo contra el grupo al retirarse.
En la operación, llamada «Martillo de medianoche», se utilizaron alrededor de 75 «armas guiadas de precisión», incluyendo 14 «rompebúnkeres», continuó Cane.
«Devastamos el programa nuclear iraní, pero vale la pena señalar que la operación no tuvo como objetivo a las tropas iraníes ni al pueblo iraní», dijo Hegseth, quien aseguró que la misión no estaba relacionada con un intento de cambiar el actual régimen de gobierno del país.
Se cometa de un posible comunicado por canales diplomáticos con Irán antes de llevar a cabo los ataques para anunciar justamente que su intención no era conseguir un cambio de régimen sino debilitar su programa nuclear.
Previamente, Trump había expresado que su intención tampoco era, por ahora, matar al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei.